¡NO ME DIGÁIS QUE NO SE PUEDE!

“Yo es que soy incapaz de conseguir lo que tú has conseguido”… “¿Yo? ¡Ni de coña!”… “Cómo te envidio! Yo no podría”… Ehhhhhh…HOLA??????? No puedo con este tipo de afirmaciones que he tenido y tengo que oír muy a menudo de gente que, realmente, es igual de capaz o más de lo que yo fui en su día.
Evidentemente si pensamos que una mañana nos vamos a levantar y vamos a decir “Venga! Hoy es el día! Hada Madrina, ven y dame magia con tu varita y haz que esta noche a las 00hs haya perdido 30kilos!”, pues probablemente deberíamos ponernos una camisa de fuerza y dejarnos llevar por dos o tres hombretones fuertes al psiquiátrico más cercano… Está claro que esto no funciona así, ¿pero minarse a base de excusas baratas? ¡De eso nada!

Sí, cada persona es un mundo y cada caso es único como únic@ es su protagonista… Pero os voy a contar algo… Aquí donde me veis, yo era la persona más insegura y pesimista del Universo… Yo era de esas de “Yo soy incapaz…”, “Yo no puedo…”, “Es imposible…”, “Ya si eso mañana…”, “Olvídate…”, “Me duele aquí… me duele allí…”, etc etc etc… Y la gente que me conoce de siempre lo sabe. Al margen de mis hábitos alimenticios, que no eran malos eran peores, era la persona más sedentaria del mundo (como ya he dicho en alguna ocasión, si hacía falta mentir, mentía con tal de no hacer gimnasia…) y además me fumaba un paquete de tabaco diario (incluso en épocas fuertes de estrés podía llegar a los 25 o 30 cigarros/día perfectamente…).

Siempre he dicho que mi proceso de adelgazamiento y, sobre todo, de cambio de vida y de costumbres, no ha sido en un tiempo récord de esos que se usan para los anuncios de cambios radicales y que, en el 85% de los casos, son casi tan nocivos como el propio sobrepeso en sí y se acaba consiguiendo un efecto rebote que en absoluto es saludable, sino todo lo contrario. Lo mío ha sido un cambio gradual, en el tiempo necesario para poder haber ido acostumbrando a mi organismo y sobre todo a mi corazón a asimilar tan enorme pérdida de peso. Pero bueno, no es de eso de lo que quiero hablaros ahora mismo…

Si no recuerdo mal, hace exactamente 2 años y 9 meses que dejé de fumar. Y sí, lo hice a la par que llevaba a cabo mi cambio. Y no, dejar de fumar NO ENGORDA. No sé cómo ni por qué (creo que soy la primera que se ha sorprendido a sí misma en todo este proceso que he llevado a cabo), conseguí paliar la ansiedad del tabaco con el deporte, cosa que no me hubiese imaginado JAMÁS. Cambié el cigarrito por las zapatillas de deporte, las mallas y la bici… Además, por si todo esto fuese poco, compaginé también todo aquello con la superación de la ruptura más dura que me ha tocado vivir… Es decir: conseguir cambiar de estilo de vida, hábitos y perder un sobrepeso muy considerable + dejar de fumar estando acostumbrada a paquete/paquete y medio diario + superar una ruptura amorosa dura dónde las haya… Todo a la vez. Cualquiera, yo incluida, intentaría asimilar esta suma explosiva y solo de leerla se moriría de la ansiedad y se encerraría en su cuarto a llorar, con un paquete de Lucky y un bote de Nutella. Pero no, yo decidí mirarme al espejo y decir “Si no me quiero yo, ¿quién coño me va a querer?” y le eché los cojones (es mi blog y si quiero digo palabrotas! xD) de coger las riendas de MI vida y comenzar a caminarla del modo que yo quería, del que más feliz me ha hecho en toda mi existencia.

Con esto no quiero dar lecciones a nadie ni tampoco pretendo decir que si yo he podido todo el mundo debe poder… Pero sí que digo y mantengo que si de verdad quieres algo, puedes conseguirlo, tengas los obstáculos que tengas para ello. Las cosas que dependen de un@ mism@, ¡SIEMPRE SON POSIBLES! Y todo empieza por pensarlo, por construirlo en nuestra mente, por querer llevarlo a cabo y querer cumplirlo, visualizarte haciéndolo, consiguiéndolo, saboreando la victoria posterior con una sonrisa de oreja a oreja y el orgullo de saber que has sido capaz, que nadie te lo ha regalado, que vales lo que no está en los escritos… Esa sensación, esa felicidad personal y propia, ¡¡¡eso es algo mágico y maravilloso!!!

Yo no me cansaré nunca de darle gracias a la vida pero, sobre todo, de darme gracias a mí misma, por haberme querido tanto, por fin, como para haber mirado por mí y por mi salud y haber dicho “Hasta aquí hemos llegado”. Sin duda, aquella es la decisión de la que más orgullosa me sentiré siempre.

¡FELIZ MARTES, LIND@S! :)