¿ESA SOY YO?

No os imagináis la de veces que, durante años y años, pude repetir esta frase al mirarme en un espejo, hacerme una foto o verme en un vídeo. Realmente creo que si hubiese sabido antes todo lo que sé a día de hoy me hubiese ahorrado muchas lágrimas, disgustos y lesiones, peeero...¡así son las cosas!
Por suerte ahora he aprendido a mirar solo hacia delante...

¡Atrás ÚNICAMENTE para coger impulso!

Sé que much@s estaréis deseando ver el cambio (yo lo haría jajaja), así que aquí lo tenéis... Tachaaaaaaaaan!! 

                                     

Sí... Soy yo, en ambas fotos... CON 30 KILOS DE DIFERENCIA y, como podéis ver, otra sonrisa completamente distinta. 

Muchas veces me preguntaba a mí misma: "¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué soy así?"... Violeta del pasado, yo te respondo gustosamente: por comer como si no hubiese mañana, por tener una dieta basada en hidratos de carbono en su 80% (lo raro en mi día a día era no comer pasta, arroz, bollos, chuches, pan...), por estar todo el día sentada sin hacer absolutamente nada de actividad física, ni si quiera la que por obligación tenía que hacer en el instituto... Nunca jamás desayunaba, me solían dar las 2 de la mañana comiendo cereales, las verduras ni las olía... En resumen, una vida basada en fritos, azúcar y hábitos nada saludables que, obviamente, acabaron pasando factura en mí.

Un día, harta de no caber en un pantalón que me gustase o de tirarme los veranos enteros sudando la gota gorda envuelta en una toalla en la piscina sin bañarme por vergüenza, decidí probar suerte yendo a un endocrino que me clavaba 50€ por consulta... Claro, yo estaba encantadísima porque empecé a perder peso y a ver resultados pero llegó un día en el que me di cuenta que eso mismo que me pautaba este señor podía hacerlo yo por mi cuenta, sin tener que arruinarme, ya que, al fin y al cabo como ya dije antes, no se trata de hacer DIETA, de esas de lechuga, apio y zanahoria a palo seco, sino de APRENDER A COMER y llevar una vida sana y saludable.

Gracias a todo este proceso, que no ha sido fácil pero para nada ha sido difícil, he aprendido a comer, a aceptar alimentos que jamás pensé que aceptaría, a alejar de mí malos hábitos o costumbres que me hacían daño y a adquirir otras que me benefician y me ayudan a ser muchísimo más feliz. Me he hecho amiga de las verduras, de las ensaladas, de la fruta, del ejercicio y de los espejos. He conseguido comprarme la ropa que me gusta, donde yo quiero y a disfrutar de las playas y piscinas como una enana. En definitiva, mi calidad de vida ha mejorado de un modo asombroso, con trabajo, constancia y muchas ganas. Por todo esto y mucho más, de un tiempo a esta parte puedo decir que:

SI DE VERDAD QUIERES... ¡PUEDES! :)